Si queremos acogernos a la Ley de Segunda Oportunidad debemos tener claro que hemos de cumplir una serie de requisitos. Cada vez son más las personas que se acogen a esta ley para no perder su vivienda. Esta normativa ha tomado gran importancia en los últimos años porque de alguna manera son capaces de restablecer la economía del deudor. Sin embargo, para empezar una nueva vida necesita desprenderse de la mayor parte de patrimonio que se disponga. De todos modos, hay alternativas que permiten mantener la vivienda a salvo después de la aplicación de esta ley.
La Ley de Segunda Oportunidad permite destinar todos los bienes de una persona al pago de las deudas que haya contraído. Esto quiere decir que cuando se posee una vivienda en propiedad, acogerse a esta ley suele derivar en la pérdida de dicha vivienda.
Actualmente los jueces están empezando a introducir nuevos criterios para que el deudor no tenga que deshacerse de su vivienda habitual, sobre todo en los casos en que el valor de la casa es inferior a la deuda.
Entonces ahora te estarás preguntando, ¿es posible no perder la vivienda tras acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad?
Y la respuesta indudablemente es que sí, en según qué casos es posible no perder la vivienda después de acogerse a esta ley.
En este post explicaremos la posibilidad de no perder la vivienda aún después de haber solicitado esta herramienta de exoneración de deudas.
Vivienda habitual en la Ley de la Segunda Habitual
Cuando cualquier persona se acoge a la Ley de Segunda Oportunidad siendo propietario de un inmueble tiene que tener en cuenta que existen varias opciones. La opción que ocurre con mayor frecuencia es que el usuario pierde la vivienda. Cuando no se pueden hacer frente a los pagos es la alternativa más común. Otra opción que es más vista es la dación en pago de la vivienda. Se corresponde a la pérdida de la vivienda pero a cambio todas las deudas que había sin saldar quedar exoneradas. Y por último, una de las alternativas más costosas de llevar a cabo y que solo será posible en algunos casos será la conservación de la vivienda.
Claramente en función de las circunstancias y del profesional que lleve cada caso, será posible conservar la vivienda actual a la hora de sufragar todas las deudas que posee una persona delante de sus acreedores.
¿En qué casos se puede conservar la vivienda con la Ley de Segunda Oportunidad?
Cuando la venta de la vivienda no supone un beneficio económico y de esta forma, no permite saldar las obligaciones de pago del deudor, no encontraríamos un sentido lógico ni moral a que el propietario pierda su vivienda actual.
Así que, encontramos dos supuestos diferentes en los que el usuario puede conservar su vivienda a pesar de adherirse al mecanismo de la segunda oportunidad.
El valor de la hipoteca es superior al valor de mercado de la vivienda: Cuando nos encontramos delante de una hipoteca con un valor por encima del precio de la vivienda, la venta no saldaría las deudas y de igual modo no cancelaría la deuda hipotecaria. En este caso podíamos considerar diferentes alternativas:
Si en este caso el deudor posee varias propiedades a su nombre, el Juez ordenaría la venta de alguna de ellas (o casos en los que las deudas fueran muy elevadas, todas).
El deudor solo cuenta con su vivienda habitual y va a ser privado de su domicilio, es improbable que un juez ordene la enajenación de la misma.
Si el deudor va a quedar en situación de vulnerabilidad al ser privado de su domicilio habitual es difícil que el Juez ordene la venta del mismo.
La venta de la vivienda empeora la situación económica del usuario. Se recurre a la venta del domicilio para poder hacer frente a las diferentes deudas que haya contraído el usuario. Si la venta de la vivienda empeora la situación debido a que los costes de enajenación superan al precio obtenido por la venta, es probable que el usuario pueda conservar su hogar.
Cuando la venta de la vivienda resulta antieconómica. Hablamos de situaciones donde la venta empeora la situación porque los costes exceden lo que se obtiene o se produce un sobrecoste. En muchos casos, no tiene sentido asumir la expropiación del inmueble debido a la situación en la que se encuentra el deudor.
El objetivo de la Ley de la Segunda Oportunidad es liberar a las personas en situación de vulnerabilidad de sus deudas, no originar más deudas. Por eso, cada juez tiene que considerar cada caso y en determinadas ocasiones es necesario que el deudor conserve su vivienda para no generarle una situación económica más inestable.
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